|
En agosto de 1987 conocí Scientology por primera vez y eso cambió mi vida. En dos meses, me di cuenta de lo mucho que había infravalorado e invalidado mi habilidad personal. La confianza en mí misma y mi competencia aumentaron tanto que fui capaz de encontrar un trabajo tan bueno que empecé a estar más tiempo con mis dos hijos.
Conforme iba progresando en Scientology, ganaba en conocimiento que usaba para mejorar la relación con mi familia y con los demás. Comprendí por qué a veces me sentía decepcionada y cansada de la vida. Como mucha gente, yo tenía ideas fijas sobre la vida. La vida es así o No se puede tener todo.
Ahora sé que sí se puede tener todo y conseguir que la vida sea como se desea.
|